Las Delegaciones Municipales, junto a las instituciones de respuesta y organismos de seguridad, avanzan en las tareas de prevención ante la llegada de la temporada de mayor riesgo de incendios.
Con la primavera desplegando todo su esplendor y un verano que se anticipa seco, la ciudad de San Carlos de Bariloche se prepara para enfrentar el desafío de cuidar sus bosques, su gente y su entorno. Las Delegaciones Municipales están trabajando en la recolección de residuos forestales en todo el ejido de San Carlos de Bariloche.
El objetivo es reforzar las tareas de prevención que se llevan adelante en coordinación con SPLIF, Bomberos, fuerzas de seguridad, Protección Civil y Parques Nacionales entre otros, intensificando la prevención de incendios de material forestal que se encuentra en la vía pública.
La misión es clara: evitar que ramas, troncos y restos de poda se conviertan en combustible que pueda desatar incendios. Un trabajo cotidiano que, aunque muchas veces pasa desapercibido, representa una de las barreras más importantes frente a las llamas.
La prevención es la primera línea de defensa. Significa actuar antes de que los riesgos se transformen en emergencias. Significa proteger a los vecinos, vecinas y visitantes, resguardar las viviendas y, sobre todo, honrar el valor incalculable de los bosques que rodean la ciudad.
En este camino, la normativa juega un papel clave. La temporada de quemas controladas finalizó el 14 de septiembre en toda la provincia de Río Negro, tal como establece la Ley 2966. Desde esa fecha, las quemas están totalmente prohibidas por el aumento del riesgo de incendios forestales.
Cuidar el entorno natural no es solo responsabilidad de las instituciones, sino también de cada vecino. Las quemas ilegales representan un peligro real y quienes las realicen deberán enfrentar sanciones, porque el fuego fuera de control no distingue entre lo público y lo privado.
Las altas temperaturas, sumadas a los vientos característicos de la región, pueden transformar una chispa en un frente de fuego incontenible en cuestión de minutos. De allí la importancia de respetar la normativa y colaborar con las medidas de prevención.
Cada acción preventiva, por pequeña que parezca, es una contribución a la seguridad colectiva. Recoger los restos forestales, no encender fuego en zonas no habilitadas y dar aviso ante situaciones de riesgo son gestos que, sumados, pueden marcar la diferencia.
Bariloche tiene la fuerza de su comunidad y la riqueza de sus paisajes. El compromiso compartido entre el Estado, las instituciones y los ciudadanos es la mejor garantía de que la ciudad pueda disfrutar de su verano con tranquilidad y seguridad.
La tarea continúa, silenciosa pero firme, con la convicción de que prevenir es siempre el mejor camino. En este esfuerzo conjunto, cada rama retirada, cada vecino que respeta la norma y cada institución que se suma al trabajo refuerzan la esperanza de un futuro sin incendios.