Semáforos Audibles: una ciudad y una comunidad más inclusiva comienza a tomar forma en Bariloche

Con el corazón puesto en la inclusión, avanza en Bariloche un proyecto que transformará la vida cotidiana de las personas con discapacidad visual. La ciudad dio un paso fundamental hacia un tránsito más seguro, justo y accesible.

Este jueves 29, Bariloche vivió una jornada clave en el desarrollo de los semáforos audibles, un proyecto que promete cambiar la manera en que las personas con discapacidad visual se relacionan con el espacio urbano. Hoy se llevó a cabo una prueba técnica que marcó el inicio de una nueva etapa; la ciudad da señales de avance, de escucha y de empatía.

Durante la jornada se hizo una prueba fundamental: tomar la señal directa desde la luz roja del semáforo, una acción técnica que permite generar corriente continua desde esa fase. Esto, aunque pueda parecer un detalle menor, es un paso esencial para garantizar la seguridad de quienes cruzan confiando en los sonidos que marcarán su paso.

El próximo hito será la creación del prototipo final. Todos los componentes electrónicos ya fueron adquiridos el año pasado, y una vez ensamblados, se instalará de forma piloto en el área de Tránsito y Transporte del municipio, donde permanecerá en funcionamiento durante todo un fin de semana para testear su estabilidad.

Este avance no solo es técnico: es profundamente humano. Porque estos semáforos están pensados para quienes no pueden ver, pero sí pueden escuchar. Para quienes muchas veces quedan fuera del diseño urbano. Y lo mejor: son económicos, sostenibles y de larga vida útil, lo que abre la puerta a una implementación masiva.

El sistema es tan simple como potente: cuando el semáforo se pone en rojo (para los automovilistas), se activa un puente hacia una placa electrónica que emite un sonido claro y distintivo, indicando que es seguro cruzar. A medida que el tiempo de cruce se agota, el volumen disminuye, alertando que ya no es seguro pasar. Una solución práctica y de bajo costo, con un impacto enorme.

Los verdaderos protagonistas de este sueño son los alumnos del Colegio Tecnológico del Sur, que trabajan codo a codo con la Dirección General de Gestión para Personas con Discapacidad y la Dirección de Tránsito del municipio. Es un proyecto que, además de promover la inclusión, fomenta la educación con sentido social y la participación activa de las juventudes.

Gracias a un convenio clave, el municipio aporta todos los materiales necesarios mientras que el colegio pone el talento, el compromiso y la mano de obra. Una alianza virtuosa que demuestra que cuando se juntan el conocimiento y la voluntad política, los resultados pueden ser transformadores.

La primera etapa contempla la instalación de 10 semáforos accesibles distribuidos en puntos estratégicos de la ciudad. No es casualidad su ubicación: fueron seleccionadas esquinas con alto tránsito vehicular, donde cruzar puede convertirse en una odisea para una persona con discapacidad visual.

Cada uno de estos semáforos tendrá un ordenador que emite dos tipos de sonidos distintos para indicar cuándo está permitido cruzar y cuándo no. Una interfaz sonora que dialoga con quienes dependen de su audición para orientarse, brindando autonomía y confianza.

Para muchas personas, esta tecnología puede parecer sencilla. Pero para quienes viven con una discapacidad visual, es la diferencia entre el peligro y la seguridad, entre la dependencia y la libertad.

Este proyecto no solo mejora la calidad de vida de un grupo específico de vecinos. Nos mejora a todos. Porque una ciudad que piensa en cada uno de sus habitantes, sin dejar a nadie atrás, es una ciudad que avanza en la dirección correcta.

nestor